Tras sesudas y cansadas reflexiones, he llegado a la conclusión que no sabemos votar. Llevamos muchos años de democracia, pero todavía no son suficientes, según parece; cuando llegan las elecciones, y empiezan las campañas, es el momento en que empezamos a prestar atención a los mensajes, de nada han valido las penurias de los años precedentes, nuestra memoria parece desaparecer, y los políticos de turno disponen de una preciosa hoja en blanco para poder empezar a prometer cosas.